ARGENTINA 0-HOLANDA 0 (SEMIFINAL. GANA ARGENTINA EN LOS PENALTIS)
Argentina volverá a jugar una final de la Copa del Mundo, casi un cuarto de siglo después de la última vez. En una semifinal que ha sido un verdadero tostonazo, el lucimiento de su portero, Sergio Romero, en la tanda de penaltis ante Holanda ha permitido que la albiceleste prosiga con su sueño de ganar su tercer título mundial.
Con sus paradas a Vlaar y a Sneijder, Romero emuló a su compatriota Sergio Goycoechea, el “parapenaltis”, en el Mundial de Italia 90, último en el que Argentina llegó hasta la final. Y, como entonces, al igual también que en México 86, Argentina tendrá que pelear en la final contra Alemania, por entonces la RFA y actualmente, la nación unificada, heredera directa en lo futbolístico de la república occidental.
Será la final más repetida de la historia; y en ella, visto lo visto en las semifinales, Alemania es, a priori, clara favorita aunque la experiencia le hace a uno ser prudente al comprender, aunque suene a tópico, que cada partido es completamente distinto.
SOBERANO ABURRIMIENTO
Lo cierto es que, si ayer Alemania impresionó al mundo con su histórico repaso a Brasil, hoy Argentina y Holanda nos han aburrido a todos con un choque carente por completo de espectacularidad, y en el que ha predominado el orden táctico, las precauciones… y el miedo, sobre todo esto último.
Prácticamente ninguno de los grandes cracks -Messi y Robben, principalmente- han aparecido casi en ningún momento del juego, salvo acciones muy puntuales; y los minutos han ido transcurriendo sin que nadie arriesgara lo más mínimo.
Sólo en los minutos finales del tiempo reglamentario ha comenzado a animarse mínimamente el tema, con ambos equipos ya acusando el cansancio acumulado -a pesar de la ausencia de batalla- sobre el mojado césped del Arena Corinthians de Sao Paulo. Holanda tuvo la ocasión en el descuento de haber obtenido el pase a la final con la única combinación de calidad realizada hasta el momento; pero un Mascherano inmenso durante todo el partido se interpuso en la trayectoria de Robben, cuando el jugador del Bayern casi cantaba ya el gol.
Ello supuso un pequeño cambio en el devenir del juego porque, en la prórroga, Holanda sí que se decidió a irse un poco más a por la victoria, aunque paradójicamente las mejores ocasiones las tuvo Argentina, cuando los penaltis ya se atisbaban. El -tardío- despertar de Messi y los ciertos espacios dejados por los “oranje” hicieron que Rodrigo Palacio errara solo ante Cillesen con un flojo cabezazo; y que poco después el capitán argentino le sirviera a Maxi Rodríguez desde la derecha un balón que el ex de Atlético y Espanyol fue incapaz de volear correctamente, con la derecha y en muy buena posición.
La resolución estaba abocada a conocerse en los penaltis; y esta vez Van Gaal no se había guardado cambio alguno para meter a Krul, como ante Costa Rica. Romero, casi inédito en intervenciones tras disparos a puerta durante los minutos de juego, emergió para rechazar el primer penalti holandés, de Vlaar; y el tercero, ejecutado por Sneijder. Messi, Garay, Agüero y Maxi no fallaron; y por ello Argentina estará el domingo en Maracaná para intentar, por vez primera desde la época de Maradona y con el permiso de la arrolladora Alemania, tomar el relevo de España en la cima del fútbol mundial.