El empate nos deja más fríos que la nevera de Luis Enrique

Empate contra Polonia en Sevilla. Segundo empate consecutivo de España en esta Eurocopa que nos deja más fríos que la nevera de Luis Enrique.

La falta de contundencia en ambas áreas ha sido lamentable. España ha tenido ocasiones y ha fallado un penalti, pero no encuentra portería con facilidad.

Festejamos al principio que Morata se había reencontrado con el gol, pero ni siquiera eso ha sido una buena noticia porque hemos visto las dificultades que tenemos en el centro de la defensa.

Laporte ha estado blandísimo teniendo a uno de los mejores delanteros del mundo delante y por ahí nos ha llegado el gol. Pero antes ya nos habían generado dos ocasiones también clarísimas.

Las sensaciones son malas y lo peor es que donde domina España, o donde solía dominar, que es en el centro del campo, se ha mostrado absolutamente desnortada.

Las sensaciones son malas, esa es la verdad, y no hay que tener tapujos. Imposible no pensar en Ramos cuando ves el fallo de Laporte, imposible no pensar en Iago Aspas o Canales cuando ves las soluciones que intenta buscar desde el banquillo Luis Enrique y que no tiene porque la lista no está bien confeccionada.

Ahora nos jugamos la vida en un partido ante Eslovaquia como si hubiese unos dieciseiasavos de final en un grupo que era francamente asequible. España va a tener que jugarse la vida en el último encuentro de la primera fase. En la Eurocopa, empezando en Sevilla, los partidos en casa, la afición que animó todo lo que pidió el seleccionador y acabó pintando.

Si España sale cabizbaja de los dos primeros partidos es que las noticias no son nada buenas.