El inicio del siglo XXI: la edad de oro del deporte español

Las dos primeras décadas del siglo XXI han sido las de la confirmación del deporte español en la cúspide mundial. Figuras individuales como Rafa Nadal, Fernando Alonso o Pau Gasol y colectivas como las selecciones de fútbol y baloncesto han alcanzado cotas jamás imaginadas, han logrado retos que sonaban absolutamente imposibles para nuestro país.

En el deporte español habrá un antes y un después de Rafa Nadal. Es, sin discusión, el mejor deportista de la historia de nuestro país y el único capaz de codearse con las grandes figuras del deporte no ya español, sino mundial. Mientras apura su carrera con una pelea titánica por ser el mejor tenista de siempre, suma logros sobrehumanos. Conquistar 20 Grand Slams son palabras mayores, pero levantar 13 veces la Copa de Mosqueteros, Roland Garros, es una gesta que ninguno de nosotros verá no ya superar, tampoco siquiera algo que se le aproxime. Nadal representa además como nadie los valores del deporte: es humilde hasta el extremo, deportivo, un caballero dentro y fuera de la cancha y nunca dice una palabra más alta que otra. Su gran rival, Federer, es además un gran amigo suyo. Si un ordenador fabricara a un humano para representar lo que el deporte tiene que ser, sería exactamente igual que Nadal. Poner su palmarés tiene una extensión tendente al infinito, pero entre sus muchos logros destacan, además de los ya mencionados Grand Slams, cinco Copas Davis, dos oros olímpicos y más de mil victorias para lograr 86 torneos ATP.

¿Un español campeón del mundo de Fórmula 1? ¿Un jugador de baloncesto de nuestro país estrella de la NBA? Las dos cosas sonaban a chiste el siglo pasado y ambas sucedieron a comienzos del siglo XXI. Poco más de un año llevaba en la calle el diario 20 minutos cuando Pau Gasol debutó en la mejor liga del mundo allá por noviembre de 2001. Poco tardó en convertirse en uno de los jugadores más destacados de la NBA, jugar varios All-Stars, fichar por los Lakers y ganar dos anillos de amarillo, entre otros muchos logros. Unos meses antes, en 2001, había debutado Alonso en la Fórmula 1, el sexto español que lo hacía… y el primero en ganar un Mundial. En 2005 y 2006, el piloto asturiano tocó la gloria y sumó al deporte español otro logro que parecía imposible unos años antes.

El motociclismo siempre había sido un deporte de grandes logros para España, pero nunca a la altura de lo conseguido por Marc Márquez, que se ha colocado como el mejor piloto español de la historia por delante de Ángel Nieto. Nada menos que seis títulos de MotoGP, la máxima categoría, tiene el español, solo superado por Rossi (siete) y Agostini (ocho)… de momento. Su palmarés lo completan otros dos Mundiales, uno de 125, otro de Moto2. A los logros de Márquez hay que sumar los de Jorge Lorenzo, Dani Pedrosa o el reciente de Joan Mir, entre otros muchos.

El relevo de Miguel Indurain se antojaba imposible, pero ahí estaba Alberto Contador para reeditar sus logros: dos Tours, dos Giros y tres Vueltas para una carrera de leyenda que, eso sí, tiene un gran pero: su sanción por dopaje que él siempre negó. Mención merece también Alejandro Valverde y su increíble palmarés.

Las disciplinas en las que los españoles han triunfado son innumerables. De Saúl Craviotto en piraguismo a Jon Rahm y Sergio García en el golf pasando por los increíbles logros en el deporte femenino (que tienen su merecido y bien trabajado espacio a continuación) y hasta el patinaje artístico. Sí, el patinaje tiene a un español que fue dos veces campeón del mundo y siete de Europa: Javier Fernández.

Un chascarrillo se hizo muy popular en los albores de este siglo: “¿soy español, a qué quieres que te gane?” La frase fue acuñada, sobre todo, por los constantes éxitos en los deportes de equipo. Parecía que no había disciplina que se le escapara a los combinados nacionales: balonmano, baloncesto, waterpolo… y fútbol. Sí, el balompié. El gran sueño de un país eminentemente futbolero, la victoria en un Mundial, llegó en 2010 tras décadas y décadas de constantes decepciones y frustraciones.

El quinquenio 2008-2012 será recordado como el que unió, al menos durante unos años, a un país. La política quedó a un lado, no había rojos y azules, solo las banderas que representaban a una selección, la española, que de repente no paraba de ganar. Todo comenzó en 2008, con el malogrado y añorado Luis Aragonés al mando. El Sabio de Hortaleza se atrevió a poner a un grupo de locos bajitos y talentosos que no solo rompieron la ‘maldición de los cuartos’ sino que ganaron una Eurocopa 44 años después. No habíamos vivido, en color, un éxito así en el balompié; solo había recuerdos en blanco y negro de un gol de Marcelino ante la extinta Unión Soviética que solo los muy mayores habían disfrutado.

La pasión se desbordó como nunca, pero lo que pocos podían imaginar es que no se trataba más que de un aperitivo del plato fuerte, el Mundial. Dos años después, ya con Del Bosque al frente, de nuevo los Casillas, Xavi, Iniesta, Villa, Puyol, Ramos, Torres y compañía hicieron vibrar a todo un país. El gol de Iniesta (“de mi vida”) ante Holanda fue chillado por toda España, que lo celebró con unión y buen rollo.

En 2012, de nuevo se ganó la Eurocopa. Borrachos de éxitos, se festejó mucho menos. Igual si se llega a saber el invierno que venía después, la celebración hubiera sido mayor…

Si hay una generación irrepetible, esa es la del baloncesto. Su colección de medallas y títulos es impresionante: dos oros Mundiales y tres europeos, dos platas y un bronce olímpico y un total de trece medallas solo en este siglo. Pero más increíble aún es cómo las han conquistado, del triunfo en el Mundial de 2006 con Pau Gasol llorando lesionado en la final al de 2019 con un equipo plagado de bajas y con muchos veteranos dando un último servicio.

Para el recuerdo siempre quedará cómo esta generación, liderada por Pau y junto a los Navarro, Calderón, Ricky Rubio, Marc Gasol, Rudy Fernández o el Chacho Rodríguez, le plantó cara al Dream Team de la NBA. En la plata olímpica de 1984, el equipo español fue aplastado por un equipo de universitarios. En las de 2008 y 2012, se miró a los ojos a LeBron James, Kobe Bryant, Carmelo Anthony y compañía en dos partidos decididos en los minutos finales ante el asombro del mundo del baloncesto.

Los Hispanos son un valor seguro para España y representan como nadie valores como la lucha, la entrega, no rendirse nunca. Dos veces campeones del mundo de balonmano (2005 y 2013), vigentes bicampeones de Europa (2018 y 2020) y dos bronces olímpicos (2000 y 2008) en este siglo dan lustre a un impresionante palmarés.

Merecen su mención también el waterpolo (campeona mundial en 2001 y subcampeona en 2009 y 2019) o el hockey hierba (subcampeona olímpica en 2008 y vigente de Europa). Y es que España, cuando quiere, es un gran equipo.