Fuerza, corazón, espíritu de lucha y calidad. Mucha calidad. Esa que, junto a su punto justo de rebeldía, siempre atesoran todos los genios, incluso aquellos que están esvondidos pero que siempre acaban saliendo. Iago Aspas ha llegado a la selección española y lo ha hecho para quedarse por mucho tiempo. Lopetegui le ha dado la oportunidad que no tuvo con Del Bosque y el ariete del Celta la ha aprovechado. Un jugador de raza que ahora, con 29 años, explota definitivamente.
Su carácter díscolo y polémico desde que era adolescente varias veces estuvo a punto de dar al traste con su calidad innata como jugador. Pero este carácter visceral lo ha ido domando con el tiempo, hasta llegar a convertirse en santo y seña -además de capitán- del Celta de Vigo, el club de su vida.
Ante Inglaterra fue el debut soñado de Aspas con la selección española, en la que ha sido la sensación de la última convocatoria.
Su entrada al terreno de juego tras el descanso dio un cambio radical a la imagen de España ante el equipo inglés. Contagió con sus ganas al resto y en estado de gracia, firmó el debut que cualquier futbolista sueña con su selección. Todo su trabajo tuvo su premio a nueve minutos del final con un tanto estratosférico. Una obra de arte hecha bicicleta y disparo final con rosca a la escuadra que puso patas arriba a Wembley. Todo, obra de un casi desconocido para el panorama internacional.
La historia de Aspas, que pertenece a una saga de futbolistas con dos hermanos más de Iago dedicándose al fútbol, además de un tío y un primo, se escribe desde un 1 de agosto 1987, cuando nacía el pequeño de cuatro hermanos en la localidad de Moaña, Pontevedra. A los ocho años empezó a jugar al fútbol y solo un año después, con 9 años, ingresó en las categorías inferiores del Celta de Vigo, sin duda, el club más importante de su carrera.
El delantero se fraguó un nombre propio en el equipo vigués y poco a poco fue siendo relevante para los técnicos. Así, su debut se produjo el 8 de junio de 2008 en el Estadio Helmántico de Salamanca, en donde el Celta cayó por 3 goles a 1 y en donde Aspas fue titular y jugó 60 minutos. No obstante, entre la hinchada del Celta siempre será recordado por su primer partido en el Estadio de Balaídos, que tuvo lugar el 7 de junio de 2009 en un partido frente al Alavés marcado los dos goles de la victoria viguesa y convirtiéndose desde ese momento en el nuevo ídolo local.
Un idilio que duró varios años. Hasta junio de 2013, para ser precisos. 9 millones cambiaron su futuro, que ya era presente en Liverpool. Solo un año después, nuevo cambio de aires, esta vez volviendo a España para jugar con el Sevilla. (more…)