“Vete a tomar por culo, sucio hijo de puta” fue la frase del Mundial. Se publicó en la portada de L’Equipe y, en teoría, la pronunció Anelka dirigiéndose a Domenech durante el descanso del partido ante México. Aquello provocó la expulsión del delantero de la concentración francesa y el estallido de una de las polémicas más importantes que se han visto en la historia del fútbol. Lucha de egos, el problema del racismo en el país o que hubiese leyendas implicadas son algunos de los ingredientes de esta historia.
Lo que ocurrió dentro de aquel vestuario solo lo saben los allí presentes, pero Domenech dio su versión años más tarde en un documental de Canal +. “En el descanso le dije ‘Nico, quiero que profundices. Hay diez tíos en el banquillo y hemos visto que no vas’, a lo que respondió ‘Sí, pero siempre tengo que ser yo’ y le dije ‘Sí, eres tú, eres tú el que juegas’. Entonces, con las botas en la mano, se gira, las tira y dice ‘sólo tienes que hacerlo, es tu equipo de mierda’. Le dije ‘Tienes razón, voy a hacerlo, te vas a ir’ y mandé a calentar a Gignac. Lo que me molestó fue la forma que habló conmigo, faltó el respeto a mi cargo”.
Pasara lo que pasase, aquello desató una guerra entre jugadores -también enfrentados entre sí-, cuerpo técnico, prensa y aficionados de todo el país. “No merecen las lágrimas ni el enfado de la gente. Sería dar demasiado a unos hombres que no saben regalar nada” escribía Fabrice Jouhaud, el director de L’Equipe. Han engañado a todo el mundo y ya empieza a salir la verdad sobre el comportamiento de esos ‘raperos de los suburbios’ que, entre otras cosas, han apartado a Gourcuff de la vida del grupo y de la titularidad, por ser un “francés de clase media-alta de un pueblo de Bretaña” y no provenir de la banlieue (suburbio) de París. De ahí los apodos de “delincuentes” que se han escuchado en tertulias de radio y televisión. “No sienten los colores. Usan la selección para sus contratos de publicidad…”, dijo Frédéric Hermel en su columna de opinión en AS.
Toulalan fue muy claro tras aquella derrota: “Fue un problema de colectivo. La diferencia es que en México había un colectivo y en Francia once jugadores. Eso fue lo que nos faltó, estar unidos”. La ruptura también era entre los propios seleccionados, con Evra pensando que el topo que había filtrado las palabras de Anelka a la prensa era Henry” o Ribéry “celoso” de Gourcuff, según palabras del seleccionador años después.
El propio Domenech, un par de días más tarde, dijo sobre los insultos de Anelka: “son cosas que pasan en la vida de un grupo. La gente no imagina la presión que hay en un vestuario y Anelka no reaccionó de la mejor forma, pero no hubo un enfrentamiento directo. Él habló en su equina”. Explicó que “cobró importancia porque L’Equipe lo publicó en su portada” y “lo único que le reprocho es que rechazara la oportunidad de disculparse”. Ribéry también quiso salir al paso: “Lo que se ha dicho no es lo que pasó”. Además, afirmó que cuando Anelka se fue, no pudo contener las lágrimas y que todo el grupo estaba tocado: “No queríamos que se fuera. Yo también me he cabreado con el técnico en ocasiones, es algo que suele pasar en los clubes y no es normal que alguien sea expulsado por eso”.