Iniesta empieza a afinar

Aquel 25 de junio, el día que la España de Del Bosque venció a la Chile de Bielsa, David Villa se convirtió en el máximo goleador de la historia de España en los Mundiales. Iker Casillas igualó a Zubizarreta al portar el brazalete de capitán por vez número cincuenta, Fernando Torres está a cuatro partidos de alcanzar a Camacho, un símbolo de la Furia… Ese día, La Roja recuperó sensaciones y de repente nos percatamos de contábamos con una Selección de ensueño que nos permitía soñar con ganar nuestro primer Mundial.

Luis Aragonés aseguró en Al Jazeera, en sus comentarios, ya muy seguidos y esperados, con cierto morbo porque no decirlo, dijo que España mejoró un poquito y bendijo los cambios de Del Bosque, en especial el de Cesc. “Se hizo para tener más la pelota y se consiguió”, dijo el exseleccionador español.

En la revista de prensa inmediata entre las webs deportivas de todo el mundo se comprobó que España volvía a ser la favorita. Superada la crisis de la derrota ante Suiza en el debut, las victorias ante Honduras y Chile colocaban a España en los octavos de final con Portugal como rival. Así, el periódico argentino Olé invitaba a celebrar el pase con Argentina, en clara alusión a la candidatura al título y destacaba: “España jugó mejor, aprovechó los regalos y se llevó el grupo”. L’Équipe directamente aseguraba que “España se une al grupo de favoritos junto a Brasil y Argentina, tras el triunfo logrado con el mejor rendimiento desde el debut”. La web de la BBC se centró en el rival español en octavos y resalta: “Tras ganar a Chile, ahora espera Portugal”. La Gazzeta habla del pase de ronda “más que merecidamente”.

En aquel partido, tanto los chilenos como los españoles jugaron mirando el resultado del Suiza-Honduras. Nadie comentó nada ese mismo día del partido ni en las crónicas publicadas al día siguiente, pero días después si se habló de un posible pacto entre Chile y España los últimos diez minutos. En el estadio en directo no dio esa sensación y los protagonistas lo negaron. Conociendo a Bielsa y a Del Bosque seguro que no hubo nada raro. Los que estuvimos presentes aquella noche en Pretoria tenemos claro que no hubo biscotto.

Esperaba Cristiano Ronaldo en los octavos de final para los que Xabi Alonso era duda por un esguince de tobillo por el que fue sustituido ante Chile. El debate sobre el tiqui-taca se aparcó una horas y España avanzaba con el sueño de ser campeona del mundo por primera vez en su historia.

Iniesta empezaba a afinar. Fue titular tras superar las molestias que le dejaron fuera ante Honduras. El de Fuentealbilla marcó el segundo gol, recuperó sensaciones y fue elegido el MVP ante Chile. Y el Pulpo Paul calentaba porque tenía curro al tener que predecir aún unos cuantos partidos hasta la final.