Las jugadoras niegan renunciar a la selección, explican lo que demandan y avisan a la RFEF: “No toleraremos su tono de infantilización”

La brecha entre las jugadoras de la selección española femenina de fútbol y la RFEF, así como con su seleccionador, Jorge Vilda, está más abierta que nunca tras el duro comunicado emitido por la Federación a última hora de este jueves, en el que anunciaba la “renuncia” de 15 futbolistas a ser convocadas con el combinado nacional, y la respuesta de las internacionales, con el apoyo de Alexia Putellas, este viernes. “En ningún caso hemos renunciado a la Selección Española de Fútbol”, han dejado claro ellas.

Así se desprende de la nota publicada en las redes sociales de la Balón de Oro, que con este gesto se posiciona claramente junto a sus compañeras, así como de Patri Guijarro, Aitana Bonmatí, María León, Mariona Caldentey, Sandra Paños, Claudia Pina, Lola Gallardo, Ainhoa Moraza, Nerea Eizaguirre, Amaiur Sarriegi, Leila Ouahabi, Laia Aleixandri, Lucía García, Ona Batlle y Andrea Pereira.

En ella, las deportistas reiteran su “compromiso incuestionable” con la selección, y explican que solicitan no ser llamadas para la próxima concentración “hasta que no se reviertan situaciones que afectan a nuestro estado emocional y personal, a nuestro rendimiento y, en consecuencia, a los resultados de la Selección y que podrían derivar en indeseables lesiones”.

Del mismo modo, expresan su deseo de conseguir una “apuesta decidida por un proyecto profesional” en el que se tengan en cuenta todas las cuestiones necesarias para lograr “el mejor rendimiento a un grupo de jugadoras con las que consideramos que se pueden conseguir más y mejores objetivos“, dado que “deseamos lo mejor para la RFEF, para la Selección Femenina y para nosotras en particular”. Todo ello, subrayan, “sin entrar en guerras públicas”.

Las futbolistas también han vuelto a desmentir haber exigido el cese de Vilda, puesto que “entendemos que nuestro trabajo no es en ningún caso elegir dicho cargo”, pero consideran que sí forma parte de su deber “expresar de forma constructiva y honesta lo que consideramos que puede mejorar el rendimiento del grupo”, como así hicieron.

Por eso, se preguntan: “¿Alguien puede pensar que, a ocho meses de un Mundial, un grupo de jugadoras de máximo nivel, que es lo que nos consideramos, se plantean esta decisión, como se ha dado a entender públicamente, como un capricho o un chantaje?”, afirman, en alusión a lo que se ha opinado en las últimas horas sobre su decisión tras el comunicado de la RFEF.

“Solicitando no ser convocadas”, apuntan, “penalizamos nuestra carrera profesional, nuestra economía y, por supuesto, seguir construyendo algo importante en el fútbol femenino”, y recuerdan que conseguir todos los avances que se han logrado en el fútbol femenino “ha costado años de esfuerzo de muchas personas”.

Y añaden que “todavía quedan muchas cosas por mejorar como se está demostrando recientemente”.

Así pues, “desde nuestra ambición como jugadoras, luchadoras y ganadoras tan solo deseamos poder volver a conseguir los máximos éxitos profesionales y personales”.

Afean a la RFEF las formas de su comunicado

Las internacionales no han pasado por alto la dura nota publicada por la RFEF en la que hacían pública que un total de 15 futbolistas “renuncian a la selección nacional de España” debido a que “la actual situación generada les afecta “de forma importante” en su “estado emocional” y en su “salud”, por lo que pedían no ser convocadas “mientras no se revierta”.

En este sentido, han lamentado en primer lugar, que “haya hecho pública, de forma parcial e interesada, una comunicación privada, con información que afecta a nuestra salud, que es parte de nuestra intimidad”.

Un mensaje que, según señalan, remitieron “en respuesta a la petición de la propia Federación de conocer quiénes de nosotras queríamos no ser convocadas” y por el que no han recibido respuesta.

“Por último, pero no menos importante, no vamos a tolerar el tono de infantilización con el que la RFEF concluye su comunicado“, expresan las futbolistas, que lamentan “que en el contexto del deporte femenino tengamos que llegar a este extremo”, como ya ha ocurrido en otras selecciones y deportes, recuerdan, “para conseguir avanzar en un proyecto profesional potente y ambicioso para el presente y para futuras generaciones”, concluyen.