¿Puede la España de Luis Enrique ganar el Mundial de Catar 2022?

“Me he quitado un gran peso de encima”, reconoció Luis Enrique minutos después de lograr la clasificación para el Mundial de Catar, algo que ya había quedado claro con su explosión de júbilo tanto con el gol de Morata como al finalizar el encuentro y haber logrado el objetivo.

Pese a que conseguir el billete mundialista no parecía a priori de una dificultad extrema, un par de tropiezos inesperados ante Grecia (1-1 en La Cartuja) y Suecia (1-0 en Solna) complicaron en exceso la empresa, algo que finalmente fue solventado. Entre medias, España hizo un gran papel en la Eurocopa, con unas meritorias semifinales y solo cayendo en los penaltis ante Italia, y también la Nations League, con una honrosa derrota ante la poderosa Francia. Se puede decir por lo tanto que el potencial de la Roja es importante, y a un año vista del comienzo de la cita catarí, la gran pregunta es clara: ¿puede España optar a ganar el Mundial?

Un equipo. En esta selección, las bajas parecen dar igual. Pese a la plaga de lesiones en las dos últimas convocatorias, el rendimiento de España tanto en la Liga de Naciones como en la clasificación mundialista, ha sido muy bueno. Si no está Morata, Ferran Torres toma la alternativa goleadora. Sin Pedri, emerge la figura de Gavi. Sin Alba ni Gayà, irrumpe Marcos Alonso Y así con cada jugador, con cada posición, Es común ver al seleccionador rotando constantemente a sus futbolistas, son muy pocos los que se saben titulares y solamente la portería, defendida siempre por Unai Simón, jamás entra en esas rotaciones.

Eso será una ventaja en un torneo corto como un Mundial, el cansancio no será un handicap importante para la selección española, ni tampoco las bajas por lesión.

Dominio total. A la selección española le da igual que enfrente esté Kosovo o Francia. Georgia o Italia. Grecia o Alemania: siempre domina los partidos. La posesión y el ir siempre al ataque es la seña de identidad inconfundible de un equipo sin complejos.

El equipo de Luis Enrique siempre ha mandado ante rivales de enjundia. Pasó en la Eurocopa ante Italia, y de nuevo ante los transalpinos en la Liga de Naciones. También ante Francia. Frente a todos esos rivales, la Roja demostró que puede ganar a cualquiera, que no se asusta ante las grandes potencias mundiales pese a que, por nombre de jugadores, parezca inferior.

Gran ambiente. Se vio en la Eurocopa, también en la Liga de Naciones y ayer en la clasificación: este equipo es una piña. La forma de apoyar a Álvaro Morata cuando más críticas recibió o la celebración del propio delantero en apoyo de David de Gea demuestran el buen ambiente que hay en la Roja.

Futuro. En teoría, a España le beneficia que aún quede un año para la cita catarí. Jugadores tan insultantemente jóvenes y talentosos como Ansu Fati, Pedri o Gavi tienen tiempo para seguir creciendo. También Ferran Torres o Dani Olmo, aún jóvenes, seguirán progresando. Los veteranos se cuentan con los dedos de una mano: solo Busquets y Jordi Alba parece que podrían acusar el paso de los meses.

Sin estrellas. Es, indiscutiblemente, el gran pero de esta selección, lo que le falta para dar el paso adelante que la confirme en el pelotón de grandes favoritos. Argentina tendrá a Messi, Brasil a Neymar, Francia a Mbappé y Benzema, Bélgica a Lukaku y De Bruyne, Alemania a Müller, Neuer o Sané y Portugal –si llega– a Cristiano Ronaldo. España, sin embargo, no tiene a un jugador de ese peso desde que se retiraran progresivamente los Xavi, Iniesta, Villa, Silva y compañía.

Muy poco gol. Que España tiene problemas para marcar es un problema endémico que sacude a la selección desde hace muchos años. Su gran dominio del juego y la posesión no se traduce en ocasiones claras y, cuando lo hace, a los atacantes españoles les cuesta transformarlas.

En un Mundial, ese es un problema que se puede pagar caro. La gran esperanza se llama Ansu Fati, que si supera sus problemas de lesiones, puede convertirse en el factor diferencial que convierta a España en una de las grandes favoritas al título en Catar.