España se despidió del Mundial de una manera digna. Con un triunfo ante Australia que no sirve para nada salvo para evitar que la herida provocada en los dos partidos anteriores se hiciese más profunda. Los tres goles suponen un bálsamo con vistas a la transición que se avecina con vistas a la próxima Eurocopa de Francia, donde tiene que defender el título que conquistó en Ucrania.
Fue un adiós con alguna imagen de tristeza para el recuerdo. El gol de David Villa de tacón, a pase de Juanfran, fue una bocanada de aire fresco en mitad de la tormenta para los más nostálgicos. Un golazo intrascendente en lo colectivo pero con un gran valor para el 7 de España. Un buen broche para una extraordinaria trayectoria desde que debutase en Almería ante San Marino en febrero del año 2005. Una travesía boyante en goles y en títulos que no será sencillo mejorar.
También marco Fernando Torres. Otra gloria de este equipo campeón. Hizo el segundo gol tras un pase, cómo no, del mago Iniesta. Más sosiego en una tarde de trámite, que acabó de manera feliz cuando Mata hizo el tercero. Este triunfo no sirve para amortiguar el dolor provocado por la prematura eliminación pero sí para rebajar el discurso más hostil con vistas a la transición que se avecina en un futuro muy cercano.
Por España jugaron: Reina, Juanfran, Ramos, Albiol, Xabi Alonso (Silva), Cazorla (Cesc), Koke, Iniesta, Villa (Mata) y Torres.
Goles
1-0, m. 35: David Villa
2-0, m. 68: Torres.
3-0, m. 81: Mata.
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