El debate en casa de los Alcantara

Mazinho decidió hacer la maletas a mediados de la década de los noventa y abandonó Brasil para probar suerte en fútbol español. Le acompañaban sus dos hijos, Thiago y Rafinha, con tres y un años, respectivamente. El centrocampista, que había sido fichado por el Valencia, inicio una carrera en España, que continuaría en el Celta, Elche o Alavés hasta que el año 2001 decidió regresar a su tierra para colgar las botas.

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Sin embargo fue un viaje de ida y vuelta porque Thiago y Rafinha habían crecido y apuntaban buenas maneras con el balón en los pies hasta tal punto que ya estaban captados por la cantera del Barcelona. Las expectativas se hicieron realidad y ambos chavales fueron quemando etapas y llamando la atención de los profesionales del club azulgrana como de la selección española. Sólo había que cumplir los plazos.

Pero ese camino desembocaba en un cruce de caminos. Como ambos habían nacido en Brasil tenían la opción de jugar bien con la ‘canarinha’ o con España. Un dilema que se transformó en más de un debate acalorado en casa de los Alcántara. Mazinho, el padre, deseaba que sus vástagos vistiesen la camiseta ‘amarelha’ para ganar un Mundial. Rafinha lo tenía claro. Jugaría con Brasil pese a que había participado con España en la categoría sub 16. Thiago no pensaba lo mismo. Estaba en las antípodas. Se decantaba por seguir la estela de Xavi, Iniesta, Villa, Ramos, Silva y demás.

Fueron muchas y notables las presiones que recibio Thiago por parte de su padre. No había vuelta atrás y el debate se cerró cuando Thiago debutó con la seleccion absoluta ante Italia.

Con las cosas en su sitio, Thiago disputó hace dos años la final del Europeo sub 21 contra Suiza, partido en el que marcó un gol y se llevó el título. Ahora, de nuevo se ha visto en lo más alto del podio de Jerusalem, donde ha repetido éxito. El centrocampista del Barcelona logró tres goles en el triunfo ante Italia (4-2) y Thiago subió hasta la zona privilegiada del estadio para levantar la Copa porque también llevaba el brazalete de capitán.

Mazinho estará orgulloso de su hijo mayor, aunque hayan mantenido posiciones opuestas y Thiago ha dado un paso de gigante para estar con España en el Mundial de Brasil del próximo año, si finalmente saca el billete para el mismo. Mazinho tendrá entonces el corazón dividido aunque a buen seguro que no le importará que Thiago levante la Copa del Mundo.

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