Javi, el monaguillo madridista

Ayegui es un pequeño pueblo navarro que a duras penas supera los dos mil habitantes. La mayoría de los vecinos simpatiza con Osasuna (Pamplona se encuentra a escasos cuarenta kilómetros), aunque hay algún que otro madridista camuflado. Entre estos blancos de corazón se encuentra la familia Martínez, donde padre e hijo son unos enamorados del fútbol. Javi, el retoño, invierte el tiempo fuera de los estudios rompiendo algún que otro jarrón en casa. Trastadas de niño, dice su madre mientras pega pieza a pieza y con esmero la penúltima trastada del menor.

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Javi es un buen chaval. Responsable en los estudios y en las pequeñas cosas cotidianas, combina su vicio de jugar con los amigos con echar unas horas en la parroquia, donde es monaguillo. Monaguillo pillo, ya que posee un carácter extrovertido.

Se le daba bien eso de dar patadas al balón y fue captado por las categorías inferiores del Osasuna, siempre bajo la vigilancia del Athletic, que no dudó en pagar 6 millones de euros por un futbolista que sólo sabía lo que eran los campos de Segunda B. Menudo salto. De los campos de tierra a La Catedral. Y es que a Javi Martínez todo le ha pasado a lo grande. Luego vino el campeonato del Mundo con la Selección y recientemente la Eurocopa.

Y para mejorar su hoja de servicios en clubes ha sido fichado este verano por el Bayern Munich a cambio de 40 millones de euros. Un pastón. Ya sabe lo que es ganar la Bundesliga y vestirse con el ‘Lederhosen’ (traje típico bávaro) para la ‘Oktoberfest’ (fiesta de la cerveza). Está integrado en la vida muniquesa y vive con su hermano, pero tiene a su novia a escasas manzanas. María Imizcoz se marchó siguiendo a su novio y encontró trabajo de ‘au pair’, pero le duró poco tiempo. Su belleza le ha servido para encontrar una nueva ocupación como modelo para una marca de lencería.

Javi Martínez siempre estuvo en la órbita del Real Madrid. Era el sueño de infancia y de adolescencia, pero por unos y otros nunca se vistió de blanco. Ahora su Bayern se mide al Barcelona en la semifinal de la Liga de Campeones y puede, de paso, echar una mano emocional al Real Madrid. Sería matar dos pájaros de un tiro. A contracorriente, como dice una de la canciones de El canto del Loco, un grupo que nunca falta en el ipod del jugador.

gracias: laenergiadelaroja