Toni Kroos rompió una racha de ocho años sin perder la selección en España. No lo hacía desde 2006, cuando Luis Aragonés se sentaba en el banquillo del Ramón de Carranza ante Rumanía. Una derrota que no debe ensuciar el camino de la regeneración porque para esto están los amistosos. Para probar cosas, calibrar jugadores e incluso tentar el estilo.
Parece que esto último es innegociable ya que España sufrió más cuando perdió a los más artistas en detrimento de los más esforzados. Que la selección pierda la posesión ante el rivales otro detalle a valorar para el futuro porque este proyecto está montado para administrar y asociarse que no para replegar y salir a la contra.
Pese a los seis cambios que metió Del Bosque respecto al choque ante Bielorrusia, el equipo no se resintió frente a la campeona del Mundo en la primera parte. Alemania son palabras mayores aunque no estuviesen sus mejores jugadores sobre el terreno de juego.
Lo importante era la actitud del equipo ante un rival con muchísimo nivel. Y fue muy buena. España salió mandona, presionando muy arriba y con el lógico respeto cada vez que Alemania intentaba salir a la contra. El ritmo fue lento, primaba no perder el sitio antes que tomarse alguna licencia ofensiva. Dos ocasiones hubo en la primera parte. En una Casillas metió una buena mano y su colega Zieler hizo lo propio a un remate de Nolito.
La parte positiva cambio en la segunda con los cambios y Alemania tomó el mando. La salida de Ramos, Piqué y Busquets contribuyó al cambio. Invirtió la tendencia y se llevó el partido con ese pelotazo de Kroos. Demasiado premio para tan poca exposición. También hay que resaltar que Low, el entrenador alemán, probó muchas cosas.
Por España jugaron Casillas, Azpilicueta, Piqué, Ramos, Bernat, Raúl García, Busquets, Bruno Soriano, Nolito, Isco y Morata. También jugaron Casilla, Callejón, Albiol, Bartra, Camacho y Pedro.
Foto @ Carmelo Rubio
gracias: laenergiadelaroja