Vicente del Bosque siempre se ha caracterizado por su tenacidad en sus apuestas. No es un entrenador que se desengañe a las primeras de cambio y apura hasta el último instante. Una buena prueba de esta incondicionalidad está en la convocatoria de Diego Costa.
El hispano-brasileño se decantó por acudir al Mundial de Brasil con la entonces campeona del mundo y pese a que las cosas no le han salido bien, el seleccionador sigue confiando en su fútbol. Él fue una pieza básica en las ligas ganadas por Atlético de Madrid y Chelsea en los últimos años y eso tiene mucho peso en un puesto como el suyo.
Pero por encima de esa presunción hay otro concepto a valorar. El delantero del Chelsea sigue sin moderar su conducta, algo que inquieta al cuerpo técnico. El propio Del Bosque ha comentado en público que ese tipo de conductas afean el fútbol y no son de su agrado, además de recalcarlo en varias ocasiones.
Diego Costa está avisado y en esta concentración debería dar un paso al frente y demostrar con goles y juego que tiene un puesto al lado de Álvaro Morata y Paco Alcácer en la Eurocopa. Los choques ante Inglaterra, donde se verá las caras con actuales colegas, y Bélgica son de alto voltaje, el escenario ideal para medir si ha entendido que debe cambiar.
Tanto Alcácer como Morata vienen pisando fuerte y Aduriz no se detiene en su objetivo de poner a Del Bosque contra las cuerdas para que marque su teléfono. Otro error de Diego Costa y puede que entregue hasta la camiseta, ahora que están a punto de estrenarla.
Foto © Carmelo Rubio
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