En el hotel de concentración de la Selección española hay un bullicio fuera de lo común. El hall está a reventar y muchas personas llevan la camiseta de España en la víspera de la final contra Italia en la Eurocoa de Polonia y Ucrania. En una de las plantas del edificio se aloja el equipo español y una de las habitaciones está ocupada por Xavi Hernández. El centrocampista del Barcelona está ahora más tranquilo y concentrado para lo que se avecina, una situación diametralmente opuesta a la que vivió horas antes. ¿Por qué?
Sencillamente por que quería abandonar la Selección cuando finalizase dicho Europeo. Así se lo hizo saber a los responsables del equipo después de la semifinal contra Portugal. Menuda noticia en la antesala de la final. No está cómodo con el comportamiento de algún compañero. Es una bomba a escasas horas de la final, lo que provoca un gabinete de crisis reducido. Después de muchos minutos convencen a Xavi para que se olvide de todo lo sucedido hasta ahora y que se centre en la final. El rostro de los interlocutores no puede esconder la preocupación, pero confían en la palabra del jugador.
El problema no trasciende al resto del equipo, que sigue preparando la cita final contra Italia. En esa Eurocopa Xavi no había jugado buenos partidos. Su juego estaba muy lejos del habitual. Sin embargo, en el partido decisivo se destapó y firmó noventa minutos para enmarcar. Fue el mejor de la final y ahí enterró la idea de abandonar. Cuando el resto del equipo conoció sus intenciones a muchos le recorrió por el cuerpo una especie de escalofrío. Xavi se quiso marchar y el equipo podría haber perdido su brújula.
Hoy, Xavi debe ser el faro contra Francia en Saint Denis. El internacional español llega muy justo, acuciado por una lesión, que le impide rendir al máximo. Se ha cuidado mucho para llegar con garantía a este partido, que es realmente donde rinde a un nivel óptimo. España le necesita para sumar tres puntos y perseguir el primer puesto que da el acceso directo al Mundial de Brasil 2014.
Foto © Carmelo Rubio.
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