A estas alturas de la vida no vamos a descubrir que cuando hablamos de Iker Casillas lo estamos haciendo de uno de los mejores porteros de la historia. Le avalan un lujoso palmarés nacional e internacional, puede presumir además de liderar modestas estadísticas a nivel individual.
Casillas tiene un halo. El capitán de la Selección española lo es a la vez del Real Madrid y alrededor de su persona fluyen una serie de corrientes subterráneas cuyo resultado es notorio. Ahí van un par de detalles. El Real Madrid cortó en la Copa una racha negativa con los vecinos rojiblancos. Casualidades de la vida, en los dos anteriores choque con el Atlético (final de la Copa del Rey y Liga), el portero era Diego López y anoche fue Casillas, para sumar su partido número 25 sin conocer la derrota en los debis ante el vecino del Manzanares.
Dicho queda. Con Iker, en la Copa, los rivales aún no han encontrado la fórmula mágica para romper un registro que se sigue mejorando con el paso de los partidos. Y eso se traduce en 772 minutos sin recibir un gol, récord absoluto en el fútbol español. Anoche, ante el Atlético de Madrid hizo dos buenas paradas y contó con menos trabajo de esperado, lo que ha servido para encadenar varios partidos sin recibir.
El gran capitán no ha perdido la forma aunque sólo juega en la Copa y en La Champions y el propio Del Bosque ha señalado que cuenta con el para el Mundial de Brasil. El gran reto de Casillas es que el Madrid acceda a la final de la Copa del Rey y que pueda levantarla, además de sumar más minutos sin recibir goles.
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