Una parte de los aficionados del Santiago Bernabéu se levantó de su asiento para aplaudir a un contrario después del repaso en el Clásico. Era la mejor manera de despedir a un contrario y, de paso, castigar a su propio equipo. El culpable fue Andrés Iniesta. Don Andrés, el hombre que llevó al fútbol español a lo más alto en la Copa del Mundo de Surafrica.
De esta hazaña han pasado ya más de cinco años y cuando muchos le daban por acabado firmó en el Santiago Bernabéu un partido espectacular, con golazo incluido. Del Bosque, madridista hasta la médula, se acostó el sábado muy enojado por el repaso pero se levantó el domingo sabiendo que tiene en la Selección un seguro de vida. Con la marcha de Xavi y Xabi Alonso, Iniesta está llamado a liderar la defensa de la Eurocopa el próximo verano en Francia. Si mantiene el nivel de juego, España hará un gran papel.
Ha vuelto. Ya lo hizo ante Inglaterra en el último amistoso y se perfila como el líder ofensivo que necesita hoy la Selección. Marcarse un sobresaliente en el Bernabéu no está al alcance de cualquiera y su trabajo debe ser el espejo para los que aspiran a ponerse la camiseta en Francia.
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