Capón de Luis Aragonés

Suiza nos dio un mamporro y Luis Aragonés, un buen capón. Lo peor de la derrota el 16 de junio en el debut de España en el Mundial fueron las críticas del exseleccionador, que comentó el partido para Al Jazeera. Pero causaron una catarsis en el equipo. El resumen de Luis fue demoledor: “No ganó el mejor y sí el que mejor gestionó el juego”. Sobre el jarro de agua fría que supuso la derrota, dejó esta perla: “El cartel de favoritos hay que demostrarlo y mientras no lo hagamos no somos favoritos para nada”. Para Luis, el problema “viene de lejos, no de ayer”, refiriéndose a la euforia que acompañó al equipo hasta Sudáfrica. Luis afrontó la incredulidad de los comentaristas árabes, que le preguntaron por qué perdió España. “Le faltó velocidad y movimiento del balón siempre. Suiza hizo lo que había previsto, defender con nueve y diez futbolistas y tratar de aprovechar un contragolpe, tuvo dos y lo logró en uno. España dominó, pero no tuvo la lucidez para gestionar el partido físicamente ni con una mentalidad ganadora”. Respecto al planteamiento y desarrollo del juego, Aragonés señaló: “Quizá con un medio en el centro del campo (jugaron Busquets y Alonso) hubiese bastado, pero lo cierto es que nunca tuvo España el convencimiento de Suiza, que siendo inferior supo siempre qué debía hacer“. “El primer partido es importantísimo y hay que afrontarlos al 110 por cien porque si no lo ganas todo se complica. Y se complicó. Es probable que el problema venga de lejos, no precisamente de esta tarde. Nadie gana no ya un título, sino un partido antes de jugarlo”, criticó con dureza el exseleccionador que venía avisando del exceso de euforia que había percibido en el equipo con el que él se proclamó Campeón de Europa dos años antes.

Las críticas de Luis espolearon a la Selección, que después de Suiza ya no volvería a conocer la derrota en todo el Mundial. “Es el momento de rebelarse y dar lo mejor de nosotros para superar esta situación”, dijo el mariscal Del Bosque. Efectivamente, como luego afirmaría el propio don Vicente, “todo lo que sucede conviene”. Ese palo ante Suiza fue determinante para que los jugadores de España se vinieran arriba y dieran un recital de juego durante el resto de los partidos de la Copa del Mundo.

Además, los lesionados comenzaron a dejar atrás sus problemas físicos. Salvo Torres, que estuvo renqueante durante todo el torneo, el resto fueron a mejor. Busquets se recuperó, como Iniesta, y también Sergio Ramos, que recibió un fuerte golpe en las costillas en el primer partido, acabó la Copa como un gigante. Ramos sería elegido más adelante como el mejor lateral derecho del Mundial, ya que lo jugó en esa posición. Los centrales fueron Puyol y Piqué, ambos del Barça.

A partir de Suiza todo fue a mejor. De repente, Villa iba a empezar a marcar goles. Iba a cambiar el viento…