De un tiempo a esta parte, el nueve de la selección española no tiene un dueño fijo. La marcha de David Villa, el máximo goleador de España en su historia, y el regreso de Fernando Torres a un segundo plano dejó huérfana esa posición. La aparición de Diego Costa, entonces en el Atlético de Madrid, hizo pensar que el recambio estaba ahí. Un chico joven, canchero, goleador…
Sin embargo, el paso del tiempo no ha sido generoso con Diego Costa, que brilla en la Premier League pero que aún ha de dar lo mejor de sí mismo en el seno de la Roja.
El seleccionador nacional se ha visto en la obligación de buscar alternativas. Delanteros hay muchos, pero su estado hoy no invita al optimismo. Roberto Soldado está en una fase desconcertante desde que fichó por el Tottenham, Alvaro Negredo acumula percances físicos que le impiden coger ritmo en el Valencia, Fernando Torres es suplente en el Atlético de Madrid, Paco Alcácer también está atrapado en una fase de lesiones, y mientras Fernando Llorente está casi desaparecido…
Aprovechando esta coyuntura, ha aparecido Álvaro Morata. Su gran rendimiento en la Juventus le ha abierto las puertas de la Selección. Y parece que lo está aprovechando. Su gol ante Ucrania le concede un plus para las próximas convocatorias y quien sabe si incluso le sirve para desbancar a Diego Costa (solo un gol en siete partidos). Ahora llega el partido de Holanda y si Del Bosque le da otra oportunidad puede ascender un peldaño en la pelea por convertirse en el 9 del presente cuando la mayoría de los críticos le catalogan como el delantero del futuro en la Selección.
Foto @ Carmelo Rubio
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