España, en marcha

Aquel 28 de junio la expedición de la Selección viajó a Ciudad del Cabo y se entrenó en el escenario del partido, el estadio Green Point, construido para aquel Mundial. Llegaba España con la baja segura de Albiol para el partido ante Portugal. El defensa se había lesionado dos días antes en el entrenamiento vespertino tras un choque con Fernando Llorente que le dejó muy lastimado el tobillo derecho.

Aunque la única baja segura era Albiol, los servicios médicos del combinado español habían tenido bastante trabajo en las dos primeras semanas de competición. Primero trabajaron para que Fernando Torres llegara a la cita y el doctor Jesús García Cota estuvo con El Niño desde abril supervisando su recuperación. Ya con el Mundial arrancado, tuvieron que poner a punto a Iniesta de un problema muscular del último amistoso ante Polonia. Y tuvieron que infiltrar a Ramos, que jugó forzando ante Honduras y Chile por un problema dorsal. Ante Chile, Alonso fue sustituido por un esguince y era duda para octavos.

El trabajo de los servicios médicos es muy importante en una fase final. España contaba también con un equipazo en esta parcela. El servicio médico lo encabezaba el doctor Óscar Luis Celada, exjugador de equipos como Zaragoza y Sporting, junto al doctor Juan José García Cota, galeno del Celta. El equipo de fisioterapeutas estaba compuesto por Miguel Gutiérrez, que era el más veterano y llevaba en la Selección desde la etapa de Javier Clemente, junto a Raúl Martínez, Fernando Galán y Juan Carlos Herranz. Para aquella fase final se incorporó un readaptador, que fue el burgalés Hugo Camarero, que en las primeras semanas tuvo más protagonismo por su trabajo en el campo con Iniesta y Torres.

En la rueda de prensa de aquel día de Del Bosque, además de continuar preguntándole sobre el doble pivote Busquets-Alonso, al que había criticado Johan Cruyff en El Periódico de Cataluña tras el partido ante Chile, le preguntaron por el estado físico del equipo: “¿No ve a la Selección en mínimos de forma física?”. El seleccionador contestó que no, que era una percepción más que una realidad y añadió: “De lo que estoy más satisfecho es de cómo se han entrenado los futbolistas desde el 24 de mayo“.

Y es que la Selección fue de más a menos en lo físico en los tres partidos de la fase de grupos y Javier Miñano, preparador físico del equipo, había hecho la preparación con vistas a los partidos de eliminatoria que comenzaban al día siguiente ante Portugal. Además de convencer en el juego, la Selección se disponía a mostrarse fuerte en el plano físico para hacer frente al resto y ganar su primer Mundial. Para ello contaba con unos médicos y fisioterapeutas de nivel para tener preparados y recuperar rápido a los futbolistas. Aquel 28 de junio, todos, menos Albiol, estaban a tope para enfrentarse a la Portugal de Cristiano Ronaldo.