La mano de Dios de Luis Suárez termina con el sueño ghanés

Cuando le preguntaron al Loco Abreu si se sentía el úruguayo más importante del mundo después de clasificar, con su penalti decisivo a lo panenka, a Uruguay a las semifinales del Mundial de Sudáfrica su respuesta clara: “El uruguayo más importante del mundo es Luis Suárez“. Pocas veces en la historia del deporte una expulsión estuvo tan justificada para beneficiar a su equipo como la que protagonizó el delantero charrúa en el encuentro de cuartos de final ante Ghana

Con empate en el marcador, Ghana estaba volcada en el área de la selección celeste en los últimos minutos de la prórroga. En un córner, Vorsah remató a gol pero no contaba con que Luis Suárez detuvo el balón en la línea de gol con las manos. Penalti, explusión y un hilo de esperanza uruguaya si Gyan, la estrella ghanesa, erraba su lanzamiento. Y así fue. En la tanda venció Uruguay y todos fueron a abrazar al delantero del Barcelona, el héroe, el hombre que impidió que por primera vez en la historia de la Copa del Mundo una selección africana terminara entre los cuatro primeros.