La decisión de las autoridades belgas de suspender el encuentro entre España y Bélgica por motivos de seguridad solo debe entenderse desde el sentido común sin entrar a valorar otro tipo de disquisiciones sobre la idoneidad o no del desenlace. Los jugadores y los espectadores merecen que las garantías fuesen las máximas después de lo sucedido en París el pasado viernes.
La preocupación de Vicente del Bosque y de los jugadores quedó plasmada en sus respuestas durante las respectivas conferencia de prensa en las que se llegó a utilizar el término miedo, además de la inquietud y de la tristeza provocada por los recientes acontecimientos en Francia.
El encuentro era muy atractivo porque los belgas lideran el ranking de la FIFA, mientras que España ha elevado su nivel en los últimos compromisos. Bélgica representaba a un rival de envergadura para medir y valorar algunos de los debates que hoy bullen en la Selección como son el de la portería y el del nueve, además del tercer centrocampista.
La prueba para jugadores como San José, De Marcos, Morata, Nacho… tendrá que aguardar hasta el mes de marzo cuando España se medirá a Italia y a Rumania, ambos partidos a domicilio. Pero no importa. Lo vital era asegurar la integridad del equipo .
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