Definitivamente los jugadores de la Selección no son supersticiosos. Sólo así se puede explicar que el grupo de 25 internacionales (los 23 de la lista más los meritorios Rodri y Vallejo) se dividan en dos mesas para comer y en una se sienten 13 jugadores y en la otra 12.
La mesa de 13 está nada más entrar en el comedor. En esa mesa se sientan Ramos y Reina, que deben estar tan seguros de esta Selección que no les preocupa este dato que volvería loco al cualquier obseso de las cábalas. Ese detalle fue uno de los que más llamó la atención de la visita guiada para los enviados especiales al cuartel general de la Selección en Kransodar . Los responsables del departamento de prensa mostraron a los periodistas los detalles de la casa de España en Rusia.
Después de visitar el comedor, enseñaron las habitaciones que supuestamente son como la de los jugadores. Una alcoba muy austera que malició algún comentario de algún visitante dudando de si las de los jugadores serían tan espartanas. El colchón parecía bueno. Después se alcanzó la zona, llena de esloganes como ‘Tenemos que hacer que ocurra’, donde está la sala de las charlas tácticas de Lopetegui, el vestuario, perfectamente tuneado con las fotos de los jugadores, el gimnasio, que pese a ser muy completo, Óscar Garro, preparador físico, se ha traído más aparatos desde España en un camión, la piscina y la sala de los fisios, donde pasan mucho tiempo los jugadores.
Envidia mundial. También mostraron una sala donde se trabaja la velocidad de reacción y la técnica con una cancha ultramoderna que sólo hay también en la Academia Aspire en Qatar y en Dortmund.
Los enviados especiales que no eran españoles, especialmente los portugueses, comentaron su envidia por la apertura de la Selección a la prensa para mostrar al mundo su sede. Ahora sólo falta que Julen deje ver los entrenamientos enteros.