“¿Por qué siempre me pasa a mí?” se preguntaba públicamente Thiago Alcántara después de confirmarse las peores de las noticias. El ligamento lesionado y operado en el mes de marzo se ha vuelto a quejar cuando el jugador ya se entrenaba con sus compañeros con vistas a volver a la competición en breve. Una recaída que ha pillado por sorpresa tanto a Pep Guardiola como a Vicente del Bosque.
Cuando el seleccionador se enteró de la noticia previa al Mundial de Brasil supo que perdía a un hombre fundamental en su esquema. Thiago es el jugador con más clase para suplir a las grandes figuras de la edad de oro del fútbol español. Se decía que era el recambio natural de Xavi, pero el hispano-brasileño atesora un plus. Además de la visión, la canalización, el toque… maneja el pase en profundidad y tiene más llegada. ¿Mejor? Diferente.
Ahora Del Bosque vuelve a estirar su bigote en un gesto de desaprobación. España necesita a Thiago por varios motivos. Es un extraordinario argumento para liderar el cambio de ciclo que se ansía desde algunos sectores de los medios y de la afición. Representa el liderazgo en los jóvenes valores que deben ir asentándose en la España del futuro.
De momento hay que esperar a la operación y a que todo salga bien. Después otros tres o cuatro meses de calvario en interminables sesiones de recuperación. Y luego a competir si no vuelve a quejarse el ligamento. ¡Maldito ligamento! Diría el mismísimo Thiago.
Foto © Carmelo Rubio