Sergio Ramos puso el primer cimiento sobre el que debe sostener un gran proyecto en la previa del encuentro ante la República Checa. “Lucharemos por un país”. Una frase hecha con un contenido emocional brutal. Es lo que precisa la Selección española en su estreno en la Eurocopa, donde defiende del título logrado en Polonia y Ucrania. El mensaje de uno de los capitanes estaba barnizado con trazos positivos: unión, confianza, entusiasmo, compromiso, lealtad…
La selección ha pasado por un valle después del resbalón en Brasil y ahora está obligada a volver a enganchar a los aficionados y a los propios jugadores. Del Bosque se ha encargado de recargar las baterías de la tropa en un momento delicado para el equipo y ha sabido solapar el mal trago del Mundial con una fase de clasificación pulcra y con una renovación de nombres en el equipo.
Ahora llega la hora de la verdad. El selección anda bastante nervioso hace tiempo. Son los síntomas de la responsabilidad ante un equipo y ante un país que estará pendiente de lo que suceda ante el República Checa este lunes a las tres de la tarde en Toulouse.
Mientas los medios de comunicación, los analistas y los aficionados debaten sobre quién jugará en la portería, bien De Gea o Casillas, el equipo espera ansioso que el balón comience a rodar. Ya lo ha dicho Andrés Iniesta, otra de las voces autorizadas del vestuario: “Si quieren ganar a España tendrán que hacerlo muy bien porque estamos preparados”.
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