Los futbolistas tienen por costumbre comentar en público que no siguen lo que dicen los medios de comunicación. Luego, en privado, la devoran. Les encanta comprobar qué se dice de ellos o de los adversarios. Y, por supuesto, les sirve como guía para medir el estado de la competencia.
En el caso de la Selección, ahora mismo el debate mas abierto está en la delantera, con muchos candidatos y pocos fijos. Hace escasos meses el tridente Morata, Diego Costa y Alcácer contaban con una notable ventaja sobre viejos conocidos de la Roja como Fernando Llorente, Negredo o Fernando Torres.
Sin embargo, esta temporada han irrumpido en el escenario futbolistas impresionantes en ese mismo puesto como Aduriz, Borja Bastón o Lucas Pérez. Mientras los habituales no metían goles por uno u otros motivos, los aspirantes no paran de acaparar titulares en los medios de comunicación. Adivinen quién los mira mientras maldice su falta de gol. Es la ley del delantero. No hay piedad.
Y ante la avalancha del extraordinario rendimiento de los que llaman con fuerza a la puerta de Del Bosque, los otros se han picado. Ven que peligra su billete para la Eurocopa de Francia y aprietan los dientes. Diego Costa recobró vitalidad en el partidazo que se marcó en la Premier League ante el entonces líder Arsenal. Su gol sirvió para que el Chelsea se llevase los tres puntos y se marchase feliz del campo. También Morata. El delantero del Juventus ha aprovechado el partido de la Copa ante el Inter para hacer un doblete y sacudirse el cenizo que llevaba encima desde hace tiempo.
Hay pelea. Y eso es bueno para el seleccionador y para el equipo ya que con un buen goleador en forma es más factible afrontan proyectos de altísimo nivel. Y la Eurocopa lo es.