Vicente del Bosque anda algo inquieto por eso del debut. El primer gran envite se encuentra a la vuelta de la esquina, se llama República Checa y aún hay varias incógnitas por despejar.
La primera está en la portería. El cuerpo técnico suma y resta pros y contras para argumentar la decisión final. Sabe el seleccionador que haga lo que haga tendrá que dar explicaciones. Y si el resultado no es el esperado ese puesto se puede convertir en una situación delicada. Se podría decir que es el secreto mejor guardado de esta concentración hasta el punto de que los propios implicados un día lo ven claro y otro, oscuro.
El primer once y ganar es el pilar de la arquitectura que se pretende levantar. Y si el equipo juega bien se levanta una oleada de positivismo que solapa cualquier debate que se haya movido alrededor del equipo en fechas anteriores. Es consciente el seleccionador de que arrancando bien se gana mucho terreno, aunque no se garantiza ni el pase a los octavos de final.
Otro de las debates que se agita en la prensa corresponde a la delantera. Mientras los analistas apuestan por el clásico 4-3-3, con Nolito, Silva y Morata hay otros que valoran la incorporación de Iniesta en ataque en detrimento de Nolito para tener un cuarto centrocampista más. El rival tiene un acentuado perfil físico y no está descartada la opción de Bruno o Koke para meter más músculo en el centro del campo, donde se suelen liberar las batallas.
También es cierto que Nolito se ha mostrado como un jugador fino en estos momentos y dejarle fuera del once generaría otro debate vinculado al perfil menos ofensivo del equipo en el estreno. Quedan tres entrenamientos y será entonces cuando Del Bosque resuelva su primer rompecabezas.
Lo que queda claro, lo que percibimos en cada entrenamiento, es que la ilusión está intacta. Con esta buena energía podemos aspirar a todo. ¡Vamos España!
Foto @ Carmelo Rubio
